Sillas de oficina ergonómicas

¿Sabías que la mayoría de los dolores acumulados entre la espalda y el cuello se deben al asiento de tu centro de trabajo? Durante un rato las malas posturas se pueden tolerar, pero cuando nuestro trabajo es durante horas y varios días a la semana termina pasando factura. Las sillas de oficina ergonómicas, diseñadas para un mayor confort a todos los niveles, se presentan como una solución al problema.

         

¿Qué son las sillas de oficina ergonómicas?

Las sillas ergonómicas son aquellas que regulan sus características en función de la persona que las va a usar. Diseñadas para un uso intensivo, se adaptan perfectamente en forma, posición, profundidad y altura con el fin de proporcionar una experiencia laboral que no sea sufrida ni tampoco dolorosa para el empleado.

La oficina, que es ese espacio de trabajo en el que los usuarios se pasan la mayor parte del tiempo sentados, debe contar con sillas adaptadas para cada uno de los empleados que van allí cada mañana. Como no todas las que hay en el mercado están preparadas para actividades de seis u ocho horas, es obligación de la empresa poner remedio a esto antes de que sea demasiado tarde.

La importancia de buenas sillas de oficina ergonómicas

Una vez que sabemos lo que son, resulta mucho más sencillo saber la importancia de buenas sillas de oficina ergonómicas. La salud laboral de cualquier persona que se pasa hasta ocho horas trabajando sentado comienza aquí. El asiento, como mínimo, debe tener un acolchado cómodo, buen apoyo para la espalda y soporte lumbar ajustable.

Estudios diversos ya han demostrado la necesidad de un buen asiento a la hora de trabajar de forma continua y sin ningún descanso. El oficinista, que se ha visto durante años sacrificado con sillas sin respeto a ninguna norma de adaptabilidad, merece desempeñar su actividad laboral sin ningún efecto secundario. ¿Acaso no es quien está sacando el trabajo?

Las sillas de oficina ergonómicas son el primer paso de cualquier agencia o compañía que acaba de iniciar un proyecto a puerta cerrada. El mobiliario del entorno laboral debe estar hecho para el usuario y no ser éste quien se adapte a él. En ocasiones, la falta de motivación con lo que se hace o la baja productividad de nuestros trabajadores tienen su base en cosas tan sencillas como ésta. ¿Te la vas a jugar con algo que tiene remedio?

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